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"Las bibliotecas no son solamente libros, las bibliotecas son un universo cargado de recursos, servicios, herramientas y tecnología".
"Las bibliotecas no son lugares anclados en el pasado, las bibliotecas son pasado, presente y futuro. Tienen una gran capacidad de adaptación y evolución según los avances informacionales, tecnológicos y sociales".
Julián Marquina
(La Habana, 17 de febrero de 1927 - 11 de septiembre de 2009), fue miembro del Buró Político y Vicepresidente del Consejo de Estado. Por sus muchos y relevantes méritos recibió múltiples condecoraciones y órdenes nacionales e internacionales, entre los que destaca el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Máximo Gómez de primer grado, otorgados el 27 de febrero de 1998, en ocasión del aniversario 40 de su ascenso a Comandante en la Sierra Maestra y la medalla Conmemorativa 50 Aniv. del 26 de julio en el 2003. Integró el Buró Político del Comité Central del Partido desde su fundación en 1965, responsabilidad en que fue ratificado en todos sus Congresos. Resultó electo Diputado a la Asamblea Nacional y Vicepresidente del Consejo de Estado, desde la primera legislatura de nuestro Parlamento.
Sentado y con sombrero, Juan Almeida junto a Fidel Castro, Ramiro Valdés, Calixto García Martínez y el Che
Tras el penoso desembarco en Los Cayuelos, Almeida, al igual que sus compañeros fue sorprendido por las fuerzas del ejército mientras descansaba al borde de un cañaveral en la zona conocida como Alegría de Pío. En el combate rescató a Ernesto Guevara, médico de la expedición, quien se encontraba herido en el cuello. Al escuchar los gritos que intimaban a la rendición gritó:
“¡Aquí no se rinde nadie, C...!”[7]
Frase que llegaría a convertirse en uno de los símbolos de la Revolución Cubana. Posteriormente se retiró al frente de un pequeño grupo, del que formaban parte, además de Che Guevara, Ramiro Valdés Menéndez, Rafael Chao Santana y Reinaldo Benítez Nápoles. Durante la marcha hacia la Sierra Maestra se les incorporaron Camilo Cienfuegos, Francisco González y Pablo Hurtado que también habían quedado dispersos.
Logró reagruparse con Fidel Castro en Cinco Palmas y formó parte del núcleo inicial del Ejército Rebelde.
Juan Almeida Bosque durante la lucha insurreccional
El 17 de enero de 1957 mandó una escuadra durante en el ataque al cuartel de La Plata, primera acción victoriosa de los rebeldes en la Sierra Maestra. Luego participaría en la exitosa emboscada rebelde a las tropas de Ángel Sánchez Mosquera en Arroyo del Infierno y estaría presente también en la sorpresa de Altos de Espinosa. Pocos días después dirigió la patrulla que, por orden de Fidel, hizo prisionero al traidor Eutimio Guerra, quien había delatado la posición de los guerrilleros.
Durante el ataque al cuartel de El Uvero el 28 de mayo, Almeida recibió la orden de avanzar desde el norte con sus hombres y liquidar una de las postas que defendían esa posición. Los soldados ofrecieron gran resistencia y Almeida fue herido en el hombro y la pierna izquierda mientras trataba de cumplir su misión. Una parte importante de los hombres de su pelotón fueron muertos o heridos por los disparos de las postas y el cuartel antes de que este finalmente se rindiera.
Artículo principal: III Frente Santiago de Cuba.
Fragmento de la orden de ascenso de Juan Almeida
El 27 de febrero de 1958, Fidel informaba que “ha sido ascendido al grado de Comandante el capitán Juan Almeida Bosque y se le nombra jefe de la columna 3 que operará en el territorio de la Sierra Maestra al este del poblado de María Tomasa, debiendo extender el campo de operaciones lo más lejos posible hacia esa dirección”.
En la comandancia del III Frente, cumpliendo orientaciones de Fidel, los hombres de la columna 3 comenzaron a hostigar movimientos del enemigo por las carreteras y a acometer sabotajes. Entre el 10 y el 11 de abril, efectuaron ataques al entronque de Melgarejo y al poblado de El Cobre. En esta última localidad, volaron el polvorín.
Derrotada la ofensiva batistiana, el 16 de agosto de 1958 Juan Almeida estableció su campamento en La Lata. El Tercer Frente, con más efectivos y tres columnas, tenía ahora como misión estrechar el cerco a Santiago de Cuba.
Desde mediados de junio de 1959 se convirtió en jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria al sustituir de forma interina al traidor Pedro Luis Díaz Lanz. El 29 de marzo de 1962, participó como vocal del Tribunal Revolucionario presidido por el comandante Augusto Martínez Sánchez que se encargó de enjuiciar en juicio sumarísimo a los participantes de la invasión mercenaria por Playa Girón de abril de 1961. Este tribunal lo integraban además los comandantes Guillermo García Frías, Sergio del Valle y Manuel Piñeiro.
Constitución del Comité Central con Fidel, Ramiro y Dorticós
Asumió importantes responsabilidades en las ORI [14], el Gobierno y en el Partido Comunista de Cuba (PCC), entre ellas, la jefatura del Estado Mayor del Ejército Rebelde al desaparecer físicamente el comandante Camilo Cienfuegos y del Ejército Central, del cual fue fundador, viceministro y ministro p.s.r. de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), integrante del Comité Central y del Buró Político del PCC desde 1965 hasta su muerte, delegado de este órgano en Oriente, presidente de la Comisión de Revisión y Control del Comité Central, vicepresidente del Consejo de Estado hasta el momento de su desaparición física y, desde 1993, presidía la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC).
Trayectoria artística
Su legado va más allá de la lucha revolucionaria pues incursionó en el arte como escritor y como compositor musical. En su faceta de compositor y escritor realizó más de 300 canciones y una docena de libros.
Almeida fue autor de una docena de libros y obtuvo el premio Casa de las Américas en 1985 por Contra el agua y el viento, texto que narra los hechos acontecidos tras el paso del ciclón Flora por la Isla en octubre de 1963. Una obra conmovedora que devela magistralmente el trayecto desde La Habana de una cuadrilla de helicópteros al frente de la cual viajaba, siendo entonces Jefe de la Fuerza Aérea cubana. Estos hechos se imbrican con sus recuerdos sobre varios momentos duros para Cuba como los sabotajes realizados en distintos puntos del país por la contrarrevolución armada, el ataque a Playa Girón y la Crisis de Octubre en 1962.
En su desempeño como intelectual, se incluye además, La única ciudadana, volumen publicado ese mismo año (1985), en el cual, el Comandante de la Revolución evoca los días de la Sierra Maestra
Poco después se editan sucesivamente en 1986, 1987 y 1988 la trilogía Presidio, Exilio y Desembarco, y en ella Almeida devela anécdotas de los primeros tiempos de la Revolución, y resalta la figura de Fidel en su dimensión humana y política. Sierra Maestra y Por las faldas del Turquino, ambas publicadas en 1989, vuelven sobre la importancia decisiva de aquella etapa para toda la historia posterior en Cuba.
Otras publicaciones cubanas, como la revista Bohemia, sacaron a la luz en diversas ocasiones sus poemas. Pero además de los textos, Almeida fue el autor de más de 300 canciones entre las que se destacan particularmente “La Lupe”, “Este camino largo”, “Mejor concluir”, “Vuelve pronto” y “Mejor diciembre”. Esa vocación por la música, anterior incluso a su incursión en las letras, llevó a Almeida a firmar varios discos, entre los que pueden citarse Elegía, donde están contemplados números musicales consagrados a la Patria y sus mártires, José Martí, Antonio Maceo e Ignacio Agramante; Evocación, dedicado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y Victoria de la Patria. Asimismo sus temas “Dame un traguito” y “Déjala que baile sola”, entre otros, lo acreditan como un importante compositor de música popular cubana.
Obras publicadas:
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